El virus SARS-CoV-2, responsable del COVID-19, no permanece constante, sino que experimenta evolución y presenta cambios en sus sublinajes. En la actualidad, está aumentando la influencia de la subvariante Ómicron conocida coloquialmente como Eris o EG.5.
En los Estados Unidos, la subvariante EG.5 ya es la más común. Se ha identificado en un 17% de las muestras analizadas de pacientes con COVID, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Además, su presencia ha sido detectada en más del 35% de las muestras en Francia.
En América Latina, las entidades de salud de México, Argentina, Colombia y Ecuador han identificado muestras que contienen la subvariante en algunos pacientes.
Simultáneamente, se ha observado un aumento en los casos de COVID-19 en Estados Unidos, Europa y Asia. Las autoridades sanitarias sospechan que esto podría deberse a que la subvariante EG.5, también conocida como «Eris», podría tener una mayor capacidad para evadir la respuesta inmune generada por anticuerpos adquiridos tras la infección o la vacunación.
Asimismo, existe un importante obstáculo para obtener un entendimiento completo de la dinámica actual de la pandemia debido a que no todos los casos de COVID-19 son sometidos a pruebas y notificados a los sistemas de salud. A continuación se presentan cinco puntos clave acerca de lo que se conoce sobre la subvariante EG.5:
1.- ¿Qué características contiene Eris?
Se deriva de la variante Ómicron XBB.1.9.2 y presenta una mutación particularmente destacada. Se trata de la mutación adicional Q52H en la proteína Spike, que le confiere la capacidad de evadir los anticuerpos generados por el sistema inmunológico en respuesta a las variantes anteriores y las vacunas.
Esta ventaja podría ser uno de los factores detrás del reciente aumento de los casos de COVID-19. «Posee una mutación específica que se reconoce por su capacidad para eludir parte de la inmunidad adquirida tras una infección previa o la vacunación», afirmó Andrew Pekosz, profesor de Microbiología Molecular e Inmunología en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque no se está hablando de una posible oleada similar a la observada con la llegada inicial de la variante Ómicron, Pekosz señaló que cada vez que se observa un rápido aumento en los casos de una enfermedad viral, se debe prestar atención a la situación.
2.- Hay algún riesgo con esta nueva variante?
El 9 de agosto,la OMS publicó su primera evaluación de riesgos del sublinaje EG.5 y la clasificó como variante de interés. Si bien los aumentos simultáneos en la proporción de hospitalizaciones por EG.5 y COVID-19 se han observado en países como Japón y la República de Corea, no se han hecho asociaciones entre esas hospitalizaciones y la subvariante, aclaró.
Sin embargo, por su ventaja de crecimiento y características de escape inmune, EG.5 puede causar un aumento en la incidencia de casos y volverse dominante en algunos países o incluso a nivel mundial.
Al ser una “variante de interés”, indica que debe ser vigilada más de cerca. Aun así, la OMS afirmó que por el momento no parece suponer una amenaza mayor para la salud pública que otras variantes y que “no hay pruebas de un aumento de la gravedad de la enfermedad directamente asociado a EG.5″. Por eso, la agencia sanitaria consideró que EG.5 representa un “riesgo bajo”.
3.- ¿Aumentarán las internaciones en hospitales?
Las hospitalizaciones vinculadas al COVID-19 han experimentado un incremento superior al 40% desde los niveles mínimos registrados en junio. No obstante, siguen estando más de un 90% por debajo de los picos máximos alcanzados durante el brote de la primera subvariante de Ómicron en enero de 2022, de acuerdo con los datos proporcionados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
En los Estados Unidos, también se ha constatado que la cantidad de virus detectada en las aguas residuales a nivel nacional y el número de prescripciones semanales del antiviral Paxlovid, un tratamiento contra el COVID-19, han aumentado de manera significativa en el último mes, aunque partiendo de niveles bajos.
4.- ¿Las vacunas sirven en contra de Eris?
Las compañías Pfizer/BioNTech, Moderna y Novavax han desarrollado nuevas ediciones de sus vacunas que han sido actualizadas para dirigirse hacia una variante distinta de Ómicron, conocida como XBB.1.5, con el objetivo de que sean más acordes con las diferentes subvariantes circulantes del virus. La subvariante EG.5 presenta similitudes considerables con XBB.1.5.
La Directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la doctora Mandy Cohen, expresó su expectativa de que estas nuevas versiones de vacunas estén ampliamente disponibles en los Estados Unidos durante la tercera o cuarta semana de septiembre.
Cohen no hizo una referencia directa a la variante Eris, pero mencionó que «en este momento, lo que estamos observando con las mutaciones del virus es que siguen siendo susceptibles a nuestra vacuna, continúan siendo vulnerables a nuestros tratamientos y siguen siendo detectables mediante las pruebas. Por lo tanto, todas nuestras herramientas siguen siendo efectivas a medida que el virus evoluciona».
5.- Recomendaciones en contra de la nueva variante
Las personas de edad avanzada, aquellas con afecciones médicas que las hacen más susceptibles a desarrollar COVID-19 grave, mujeres embarazadas y otros grupos deberían asegurarse de mantener sus dosis de refuerzo actualizadas y buscar atención médica en caso de experimentar síntomas. El doctor Pekosz señaló que esto debería considerarse como un recordatorio de que la amenaza del COVID-19 persiste y sigue representando un riesgo.
Los síntomas relacionados con la subvariante EG.5 comprenden: dolor de garganta, secreción nasal, congestión nasal, estornudos, tos, dolor de cabeza y ronquera en la voz. También puede provocar dolores musculares y alteraciones en el sentido del olfato. La dificultad respiratoria y la fiebre son menos comunes en comparación.