Se ha descubierto una zona arqueológica que se encuentra a 13 km del centro de Acapulco; esta área abarca 334 hectáreas y contiene 38 petrograbados y calendarios circulares como características destacadas.
Los arqueólogos han realizado un descubrimiento en Acapulco que involucra una ciudad prehispánica perdida de 334 hectáreas. Entre los elementos destacados se encuentran 38 petrograbados, calendarios circulares y la representación de una deidad de la lluvia.
También se ha identificado un petrograbado de un mono que presenta una similitud sorprendente con las figuras de la cultura nazca en Perú.
Esto ha llevado a algunos entusiastas de la arqueología a proponer la teoría de que un viajero pudo haber transportado estas figuras de un lugar a otro, lo que podría explicar la presencia de una figura de una nave tripulada por un ser en varias zonas arqueológicas de Acapulco.
«Como entusiastas de la arqueología, hemos compartido formas y figuras que hemos encontrado aquí en el estado de Guerrero, y hemos recibido formas idénticas que se han descubierto en lugares como Perú, Egipto y otros sitios de América Latina», expresó Rubén Mendoza, investigador y defensor del medio ambiente, en una entrevista con EFE.
Esta área arqueológica se encuentra a una distancia de 13 kilómetros desde el centro de la ciudad, la cual es reconocida como uno de los principales destinos turísticos del país debido a sus hermosas playas.
Los descubrimientos arqueológicos se encuentran en diversas áreas del Cerro de La Bola, que anteriormente albergaba una pirámide relacionada con la cultura Yope. Según la teoría, esta pirámide se utilizaba en rituales vinculados al agua, las lluvias y la fertilidad.
Este sitio arqueológico tiene su origen en los últimos años del período Clásico Temprano, aproximadamente alrededor del año 400 d.C. El apego a la ciudad ocurrió durante el Epiclásico, que abarcó desde el 600 hasta el 900 d.C., y finalmente, fue abandonada durante el Posclásico temprano, que tuvo lugar entre el 900 y el 1200 d.C.