Son historias que valen la pena contar, por la similitud que hay ahora en los casos de Mariana Rodríguez y Ruth González Silva, esposas de los gobernadores de NL y SLP
Desde hace muchos años, los políticos mexicanos, sin distingo de partido, se dedicaron a ceder a sus consortes los espacios que ocupaban, principalmente, como legisladores.
Casos como los de Jesús Guzmán Rubio (PARM) y su esposa, Heliodoro Hernández Loza (PRI) y su consorte, Abel Vicencio Tovar (PAN) y su pareja, además de Jesús Ortega, Guadalupe Naranjo y otros más que en su paso por el PRD hicieron lo propio.
Sin embargo, las gubernaturas y la Presidencia de la República, se encontraba lejanas de la mira de las parejas ambiciosas de poder, hasta la irrupción de María del Carmen Ramírez en el año 2000 que anhelaba el cargo que tenía su esposo (Alfonso Sánchez Anaya) al que ayudó a convertirse en gobernador.
Ella inició, con el apoyo de su consorte, su carrera política siendo candidata al Senado, elección que perdió, pero como primera minoría pudo ocupar un escaño. Cuatro años después compitió por suceder a su esposo en el gobierno estatal, siendo relegada hasta el tercer lugar.
Fracasó el experimento y María del Carmen tuvo que regresar a ocupar su escaño en el Senado de la República y jamás volvió a ocupar una posición de elección popular.
Silvia Oliva Fragoso es parte de la leyenda que dio pie al nacimiento de los “Juanitos”. Esposa del que fuese cacique de Iztapalapa, René Arce. Silvia sintió la codicia de ocupar el cargo que su esposo y su cuñado Víctor Hugo Círigo, habían ocupado como jefes delegacionales y su marido le cumplió el capricho. Su contrincante interna fue Clara Brugada y después de ires y venires al Tribunal Electoral, se determinó que Oliva Fragoso fuese la candidata, lo que molestó a Andrés Manuel López Obrador, quien giró instrucciones para que los perredistas votaran por Rafael Acosta “Juanito”, candidato del PT, quien triunfó abrumadoramente, siendo obligado a ceder el espacio a Clara Brugada, después de ello Silvia Oliva desapareció del escenario electoral.
Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, fue alentada por su marido, para competir por la Presidencia de la República, dejando un sexenio entre el mandato de su esposo y del siguiente Presidente (Enrique Peña). Margarita se bajó de la competencia ante el pobre respaldo y los votos captados fueron apenas superior a los 30 mil.
En la actualidad la jugada la establecen dos gobernantes que no son parte de los partidos poderosos y que llegaron a gobernar sus entidades con base en su propio esfuerzo y sin alianzas de ninguna clase.
Samuel García Sepúlveda, gobernador Nuevo León y militante de MC impulsó a su esposa Mariana Rodríguez como candidata a la alcaldía de Monterrey, ya que, en caso de ganar, le tiene preparada la nominación del partido naranja al gobierno estatal en 2027.
Otro más, Ricardo Gallardo Cardona, quien fue impulsado por el Partido Verde en San Luis Potosí, decidió que su esposa Ruth González Silva, compitiera como candidata al Senado por ese mismo partido y en caso de ganar o llegar como primera minoría le tiene destinado sucederlo en el gobierno estatal.
Por lo pronto, ellos ya tienen sus delfines para sucederlos y apuestan abiertamente por dos mujeres, sus esposas, veremos cuántos más siguen su ejemplo, aunque varios fracasaron para dejar sus espacios a sus esposas en algunas alcaldías de la CDMX y otras entidades más.
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Qué pasó con Margarita Zavala en 2021 tuvo 109 mil votos a su favor, lo que la convirtió en la diputada federal más votada en la CDMX. El sábado en el parque Lincoln de Polanco reunió a menos de veinte personas en su acto de inicio de campaña por la reelección. Por cierto, Mauricio Tame no las trae todas consigo, Miguel Torruco, le pisa los talones y se acerca peligrosamente… Regresó de hijos pródigos del PRI en su 95 aniversario. Alejandro Rojas e Irma Piñeiro regresaron al partido en que abrevaron la política.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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