Leyendas navideñas de México: El origen de la nochebuena

De acuerdo al Gobierno de México, la flor de nochebuena tiene su origen en México, su nombre en náhuatl es Cuetlaxóchitl que significa “flor de cuero”, es una planta de ornato que fue muy apreciada por los azteca y ocupaba un lugar muy especial en los jardines de Nezahualcóyotl y Moctezuma.

Cabe mencionar que el rojo es el color distintivo de la nochebuena, pero existen más de 100 variedades, que van desde el rojo hasta el amarillo o el salmón, los estados en donde se producen estas flores son Morelos, Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Jalisco y Oaxaca, además, cada 8 de diciembre se conmemora el Día de la Nochebuena.

Pero después de tantas vuelvas a asunto, no creas que te vamos a dejar con las ganas de conocer una de las historias más bonitas de la temporada, esas que te llenan de espera, por ese motivo, dicen los que saben que hace mucho tiempo, años atrás en un pequeño pueblo de México todos los habitantes se reunían para celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús.

Como parte de la tradición, los visitantes le dejaban algún regalo, pero no todos podían cumplir su cometido, te presentamos a Pablo, un niño que se encontraba en el lugar solo veía pasar a los feligreses con sus regalos, algo que él no podía dar porque debido a que era muy pobre, pensar en comprar un regalo no era parte del plan.

Apenado y con tristeza, conforme pasaba el tiempo se iba escondiendo para evitar que las personas que llegaban con algún regalo vieran que el joven no tenía un presente que darle al niño Jesús, fue tan su tristeza que se escondió en un rincón del templo y comenzó a llorar, no se sabe cómo ocurrió o que fue lo que hizo el milagro.

Tras caer al suelo sus lágrimas, pudo conmover al niño Jesús, ya que del suelo comenzó a brotar una plantita, que fue creciendo conforme iban tocando sus lágrimas el piso; Pablo al ver que del suelo crecía una flor se maravilló, pasando de la tristeza al asombro y cuando la planta terminó de crecer le salieron unos hermosos pétalos de color rojo.

¡Gracias! Pensó el joven ya que se dio cuenta del milagro, ese que puedes encontrar no solo durante las fiestas decembrinas, así que tomo la flor del suelo queriendo pensar que fue un regalo que Dios le dio para darle al niño Jesús, lejos de presumir el hecho, Pablo con toda la inocencia que llena a las infancias, fue feliz a dejarle la nochebuena al niño Jesús como un regalo, sin contarle a los presentes cómo lo había conseguido.

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