Con la firma del NAFTA original el 17 de diciembre de 1992, iniciamos una nueva era de cooperación y desarrollo para Norteamérica. Con la posterior firma de su modernización el 30 de noviembre de 2018, hemos conformado una de las regiones más competitivas del mundo, con el potencial de consolidarse como la más competitiva. Seremos la región más competitiva del mundo gracias a nuestra combinación de recursos, tecnología y proximidad geográfica.
La integración de las economías de Estados Unidos, México y Canadá combina tecnología avanzada de EE. UU., recursos naturales y manufactura sofisticada de Canadá, y mano de obra competitiva y manufactura intensiva de México.
Somos Complementarios
Debe quedar claro que no competimos entre nosotros. Juntos competimos contra otras regiones comerciales de oriente, Europa y Asia.
El acuerdo establece que la primera revisión al convenio debe realizarse seis años después de su entrada en vigor, es decir, en el año 2026 (ya que el T-MEC entró en vigor el 1 de julio de 2020).
Esta revisión es una oportunidad para modernizar el acuerdo. En la revisión anterior se introdujeron conceptos nuevos que no existían en el momento de la firma original: el comercio electrónico, la prestación de servicios a distancia y el teletrabajo fueron temas importantísimos que se incorporaron. Debemos modernizar el acuerdo juntos, siempre con el enfoque de convertirnos en la región más competitiva del mundo, siempre con el enfoque de que no competimos entre nosotros. Somos socios y aliados: JUNTOS COMPETIMOS CONTRA EL MUNDO.
En México contamos con fortalezas que debemos aprovechar y resaltar. Tenemos mano de obra competitiva, productiva y comprometida. No competimos solo por mano de obra barata; nuestra mano de obra está entre las más productivas del mundo. Tenemos una población joven y en crecimiento, una de las redes de tratados comerciales más amplias del mundo, con acuerdos con más de 50 países; diversificación de sectores productivos, experiencia en comercio internacional, infraestructura logística clave y un mercado interno creciente.
México es un importante productor de petróleo, gas natural y electricidad. El acceso de sus socios a estos recursos sigue siendo un punto de interés estratégico, sobre todo para Estados Unidos. Debemos aprovechar esta fortaleza en la revisión del acuerdo.
La clave para negociar con el presidente Trump fue adoptar un enfoque pragmático, paciente y orientado a resultados concretos que él pudiera presentar como victorias políticas. México utilizó la interdependencia económica y la cooperación en temas clave (migración, seguridad y comercio) para equilibrar las tensiones y preservar sus intereses fundamentales. Pero, sobre todo, fue la importancia estratégica para Estados Unidos de nuestro sector energético (petróleo y gas) lo que facilitó la vía de la modernización del acuerdo.
Lo hemos hecho antes y lo haremos de nuevo: modernizaremos juntos el acuerdo y nos convertiremos en la región comercial más competitiva del mundo.
Por Rubén Sánchez Robledo, integrante del Cuarto de Junto en la modernización T-MEC 2017 -2020.