Por Leo Roth, CEO de LATAM en USA
Cuando en medio de las protestas en Estados Unidos se alza la bandera mexicana, ésta se convierte en una imagen impactante y, al mismo tiempo, invita a la reflexión. Para quienes la portan, no se trata de un gesto político ni de confrontación, sino de algo mucho más profundo: una afirmación de identidad, de historia, de comunidad y de dignidad.
Para millones de migrantes y sus familias, los colores verde, blanco y rojo son mucho más que una insignia nacional: son un testimonio de quiénes son y de dónde vienen. Al ondear esa bandera, están diciendo: “Aquí estamos, y esto también es parte de nosotros”. En ese acto, la bandera mexicana se convierte en un puente entre dos mundos: el que dejaron atrás y el que ahora llaman hogar.
No es una negación de la tierra que los ha recibido, sino una manera de mantener vivas sus raíces, su cultura, su memoria. Es honrar a sus abuelos, recordar el sabor de los platillos que crecieron comiendo, la lengua que aprendieron de niños, y los valores que aún los sostienen en los momentos más duros.
En ciudades como Los Ángeles, Chicago o Houston, ver desplegada la bandera entre la multitud puede generar el arma más importante de todas: la empatía. Porque detrás de cada migrante hay una historia de esfuerzo, de sacrificio y de esperanza. No se trata de dividir, sino de visibilizar. Conviene recordar que Estados Unidos es una nación forjada por migrantes. Su riqueza cultural y diversidad nacen precisamente de esas múltiples identidades que lo habitan.
USO DE LA BANDERA, ¿ES APROPIADO?
Sin embargo, también existe una preocupación en México sobre cómo el uso de la bandera es aprovechado por sectores conservadores y anti inmigrantes en Estados Unidos. La Casa Blanca y algunos funcionarios han llegado a calificar el enarbolamiento de banderas extranjeras en protestas como “insurrección” o incluso “invasión extranjera”. Esta narrativa, bien conocida en México, genera inquietud porque puede alimentar el racismo y justificar políticas migratorias más duras.
Hay, por tanto, un debate entre migrantes y sectores de la sociedad mexicana sobre la estrategia más efectiva de protesta. Hay quienes consideran que usar la bandera mexicana puede ser contraproducente y que se debería priorizar la estadounidense o simplemente manifestarse sin símbolos nacionales. Otros, en cambio, defienden la libertad de expresión y la necesidad de visibilizar su identidad sin complejos.
Lo cierto es que, en el siglo XXI, ya no es posible entender a Estados Unidos sin México, ni a México sin Estados Unidos. Las familias, las economías, las culturas y las aspiraciones están entrelazadas de forma irreversible. En LATAM en USA trabajamos precisamente para reconocer, canalizar y aprovechar esa integración creciente. Porque más allá de banderas, lo que se alza es la voz de una comunidad que exige ser vista y respetada por lo que es: parte esencial del presente y del futuro compartido de ambos países.
Sobre el autor
CEO de Latam en USA. Juris Doctor – University of Miami, Masters of Arts in Latin American Studies – University of Florida. Más de 30 años ayudando a familias y negocios a instalarse en USA.